A un mes de Maratón de Valencia.

Estamos a un mes del objetivo anual, a un mes de estar en la ciudad del running, de recoger el dorsal, de empaparnos del ambiente, de escuchar los últimos consejos de los que más saben de esto, de ponernos en la línea de salida, de sentir como se eriza la piel al escuchar el Libre de Niño Bravo, de echar a correr escuchando las arengas del speaker, de recibir los aplausos de una ciudad que se vuelca con su maratón,  de recibir los mimos de sus voluntarios... 

Pero ahora toca hacer balance del mes de Octubre,  un mes en el que he podido entrenar de nuevo, un mes que aunque no tiene los kms que debería tener, al menos nos permite ser mínimamente optimistas y nos hace pensar que es posible estar en la línea de salida.

Esa perfección en la preparación de 2022 es difícil de repetir,  pero teniendo un septiembre tan pobre de kms es para estar contentos. 

Octubre empezó con la Roncesvalles Zubiri,  una semana posterior con una "tirada" de 25 kms, y con otro susto (el otro gemelo) que nos hizo perdernos La Casolina, una nueva recuperación,  la Zubiri Pamplona, volver a los 4 entrenamientos semanales, y a más tiradas largas, ya hemos llegado a los 26,5km, y hasta hemos vuelto a las series, aunque reajustando objetivos. 

Pero hay cosas que tardan en llegar,  la motivación para entrenar,  no hemos recuperado las rutinas, no sentimos esa adaptación del cuerpo a la maratón, por eso llegados a este punto en vez de pensar en que ya sólo queda un mes, el pensamiento es que aún queda un mes, tiempo en el que hay que ponerse las pilas.